Metanol verde como carburante: una alternativa para transportes con menores emisiones de CO₂
En enero de este año, el Bulletin of the Atomic Scientists' Science and Security Board, una junta compuesta por especialistas con no menos de diez premios Nobel, dio la voz de alarma porque, según sus estimaciones, las agujas del Reloj del Apocalipsis de la Humanidad están a 30 segundos de las doce. Uno de los factores responsables del posible colapso de nuestro planeta es, cómo no, el cambio climático.
En relación con las medidas actuales de protección medioambiental imprescindibles para la transición ecológica y la reducción de las emisiones de contaminantes, cada vez se escuchan más voces a favor del metanol como carburante alternativo. En este sentido, se habla del metanol verde. ¿Pero qué es en realidad?
¿Qué es el metanol verde?
El metanol, también conocido como alcohol metílico, es un compuesto químico que se emplea para fabricar diferentes materiales, como plásticos, pinturas y disolventes. El metanol es una sustancia muy tóxica y peligrosa cuando llega al medio ambiente. ¿Cómo se puede convertir el metanol en una alternativa ecológica?
La principal diferencia entre el metanol verde y el clásico es el origen usado para su producción. Mientras que el primero se obtiene de fuentes renovables, el segundo procede de combustibles fósiles.
Existen dos métodos distintos para producir el metanol verde:
- El biometanol se extrae de la biomasa de materias primas renovables, como residuos de la silvicultura y la agricultura, así como el biogás de vertedero, aguas residuales y basura doméstica.
- El e-metanol se obtiene del CO₂ biogénico, es decir, CO₂ que se emite al quemar madera, y del hidrógeno verde derivado de la generación de corriente a partir de energías renovables.
El e-metanol se consigue con un proceso especialmente innovador. El hidrógeno se obtiene usando un electrolizador. A continuación, se convierte en metanol verde mediante catálisis con dióxido de carbono.
De esta manera, se obtiene un líquido con la misma composición química que el alcohol metílico clásico y que se puede utilizar como carburante para el transporte por carretera, mar y aire.
Metanol como carburante: pros y contras
La gran ventaja del metanol como carburante es que se pueden minimizar los contaminantes atmosféricos. Según los datos, el metanol verde acabaría con las emisiones de CO₂ en hasta el 95 %, las de óxido de nitrógeno en un 80 %, y las de óxido de azufre y partículas submicrónicas en un 20 % en total. Una reducción muy prometedora si pensamos que el sector del transporte supone el 28,2 % de las emisiones totales de gases de efecto invernadero en Europa.
El metanol verde también podría contribuir a acelerar la transición ecológica en los camiones, sobre todo, a tenor de las últimas decisiones de la Comisión de la UE. Su nuevo plan prevé reducir las emisiones de diferentes camiones en un 90 % para 2040. Eso implica que, en teoría, hasta 2050 podríamos seguir viendo camiones contaminantes convencionales en las carreteras; después deberíamos haber alcanzado el objetivo de neutralidad climática.
No obstante, el metanol verde se podría usar ya como combustible para vehículos por carretera, y también como carburante para motores de barcos y aviones.
La producción de metanol verde es demasiado cara a día de hoy
El mayor freno para emplear metanol verde como carburante son los gastos de producción. La Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena) afirma que los costes por tonelada de metanol verde oscilan entre 800 y 1.600 USD. Este precio se debe, entre otras cosas, a los costes por la generación de energías renovables y los electrolizadores necesarios para la producción del e-metanol.
El metanol verde se produce a unos 250 °C de temperatura con ayuda de un catalizador para acelerar la reacción química entre el hidrógeno y el dióxido de carbono. Estos procesos requieren mucha energía, lo que repercute en el precio del carburante ecológico.
Conforme a algunas estimaciones, el valor del metanol verde se hallará entre 250 y 630 USD por tonelada para 2050. Sin embargo, este precio sigue siendo alto, en especial, al considerar que el precio del metanol a partir de combustibles fósiles ronda los 100-250 USD por tonelada en el presente.
Proyecto Laurelin: una mirada optimista hacia el futuro del metanol verde
El potencial del metanol verde como carburante también ha captado el interés de la Unión Europea. A este fin, se ha creado el proyecto Laurelin donde se trabaja actualmente en el desarrollo de nuevas tecnologías con el fin de rebajar los costes de producción del metanol verde.
Por el momento, los equipos de investigación operan en una serie de innovaciones importantes, como el calentamiento por microondas, la inducción de plasma y la magnética. Aunque los experimentos se encuentran aún en un estadio incipiente, ya arrojan buenos resultados que permiten vislumbrar, con mayor probabilidad, una expansión del metanol como carburante en los próximos años.
Mientras, Italia también da pasos importantes hacia la producción ecológica de carburantes. En Empoli, se espera el «primer distrito de economía circular» del país con el ambicioso objetivo de procesar más de 250.000 toneladas de residuos no reutilizables. Del tratamiento de estos desechos, se deberían obtener unas 125.000 toneladas de metanol verde y 1.400 de hidrógeno que contribuirán a reducir las emisiones de CO₂ en los procesos industriales.
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