La lucha contra el cambio climático no puede prescindir de la logística sostenible
El cambio climático es ya una realidad evidente. Tenemos veranos cada vez más calurosos, nuestros ríos están cada vez más secos y los fenómenos meteorológicos, tan repentinos como violentos, desbaratan cada año nuestras cosechas. Ante este panorama, es imprescindible «invertir el rumbo». El cambio tendrá que ser transversal y una verdadera revolución implicará también al sector del transporte y la distribución. De ahí que muchas empresas estén empezando a adoptar la filosofía de la logística sostenible, pero ¿de qué se trata?
¿Qué es la logística sostenible?
El 28 de noviembre de 2019, la Unión Europea puso en marcha un ambicioso proyecto: el Pacto verde europeo. Los Estados miembros se han comprometido a eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero para 2050. El proceso de descarbonización del Viejo Continente pasa también por la logística sostenible. ¿En qué consiste?
La nueva logística ecológica implica la implantación de una cadena de suministro sostenible, es decir, una cadena de suministro diseñada con vistas a minimizar el impacto medioambiental. Esta estrategia está siendo adoptada por todas las empresas que se rigen por una lógica ESG (Environmental, Social and Governance).
La teoría fue planteada en la década de los noventa a partir del concepto de Triple bottom Line, conocido también como «Personas, Planeta y Beneficios». Estos tres elementos son fundamentales para medir la sostenibilidad de la inversión de una empresa comercial. La idea en la que se basa la lógica ESG es muy sencilla: las empresas tienen más probabilidades de generar excelentes beneficios si son capaces de crear valor no solo para sí mismas, sino también para sus empleados, clientes, proveedores y la sociedad en general, incluido el medio ambiente.
Las empresas de logística sostenible cuentan con una ventaja competitiva. Ciertamente, el uso de materiales reciclables y energías renovables contribuye a reducir los costes energéticos. Pero no es solo una cuestión de ahorro: optar por la ecosostenibilidad también mejora la imagen de marca, especialmente ahora que la transformación ecológica de la logística está en una fase embrionaria.
¿Cómo se consigue una cadena de suministro sostenible?
Veamos más detenidamente las intervenciones necesarias para crear una cadena de suministro sostenible. La logística ecológica no puede prescindir de ciertos elementos indispensables:
- uso de medios de transporte sostenibles,
- tecnología para optimizar los procesos logísticos;
- uso de envases y embalajes sostenibles;
- optimizar la logística de última milla desde una perspectiva ecológica;
- hacer que los puntos de almacenamiento de mercancías también sean medioambientalmente sostenibles.
Los medios de transporte de la logística ecológica
Uno de los aspectos clave de la logística sostenible es, sin lugar a dudas, la renovación de las flotas y las estrategias de transporte. Según una estimación del Foro Internacional del Transporte (ITF por sus siglas en inglés), los vehículos utilizados en el transporte de mercancías generan alrededor de 2900 millones de toneladas de CO2 cada año. Para dar más detalles, un 62 % de estas emisiones proceden del transporte por carretera, un 27 % de los flujos marítimos, un 6 % del transporte aéreo, un 3 % del transporte ferroviario y, por último, un 2 % del transporte fluvial.
A tenor de los datos, es fácil deducir que un aumento del transporte ferroviario sería beneficioso para la ecosostenibilidad. Actualmente, solo un 13 % de las materias primas son transportadas por ferrocarril en Europa. Por tanto, las cargas deberían distribuirse de forma más equilibrada entre los distintos medios de transporte. En este sentido, la logística ecológica tiene otra baza a su favor: la intermodalidad. Optar por formas de transporte intermodales (por ejemplo, combinaciones de carretera y ferrocarril) no solo contribuye a reducir las emisiones, sino también a descongestionar las rutas de tráfico hacia los grandes centros urbanos.
Hemos visto que el camión es el medio de transporte más utilizado. Los fabricantes de camiones se están embarcando en nuevos experimentos para hacerlos sostenibles mediante la aplicación de motores eléctricos o de hidrógeno. Desde hace unos años se habla también de la construcción de nuevas autopistas ecológicas dotadas de una red de cables eléctricos a los que los camiones se puedan enganchar y desenganchar sean sea necesario. Suecia es uno de los países pioneros en este tipo de experimentos y ya ha probado con éxito los primeros tramos de autopista electrónica.
La principal preocupación sigue siendo si todas estas innovaciones permitirán lograr el objetivo de cero emisiones para el no tan lejano 2050.
La logística de última milla
En el tramo final de una cadena de suministro sostenible entra en juego un nuevo concepto de logística de última milla, es decir, la entrega de mercancías desde el centro de almacenamiento hasta el cliente final. La pandemia propició un aumento del comercio electrónico, haciendo que los envíos a los centros urbanos crecieran exponencialmente. Para reducir la contaminación atmosférica causada por el tráfico en las grandes ciudades, es necesario reformular la logística de última milla. ¿De qué manera?
Los grandes operadores del sector apuestan cada vez más por la introducción de vehículos sostenibles, como las furgonetas eléctricas, pero también StreetScooter o Cargo Bike. Las nuevas políticas no solo contribuyen a la descongestión del tráfico en las grandes ciudades, sino también a la optimización de las entregas: el acceso de los vehículos ecológicos a las zonas de tráfico restringido reduce el tiempo necesario para el reparto.
Tecnología, infraestructuras medioambientalmente sostenibles y reciclaje
La logística sostenible no consiste únicamente en la adopción de medios de transporte ecológicos. El concepto de ecosostenibilidad se aplica a todos los elementos de la cadena de suministro, incluidos los almacenes.
Las empresas que han adoptado la filosofía ecológica también están renovando sus instalaciones de almacenamiento para «certificarlas» como medioambientalmente sostenibles. Los nuevos almacenes se construyen en altura para aumentar su capacidad y utilizan materiales de construcción sostenibles. En la transformación de las infraestructuras, la tecnología desempeña un papel fundamental, ya que permite automatizar totalmente las plantas mediante el uso de sistemas eléctricos inteligentes para iluminar únicamente las zonas en uso o mediante soluciones robotizadas para las operaciones de almacenamiento y manipulación.
Todas estas innovaciones se traducen en una reducción del consumo de energía que es crucial tanto para la empresa como para el medio ambiente. Las nuevas aplicaciones tecnológicas también repercuten en la optimización de las cargas. En los últimos años se han desarrollado programas informáticos de última generación que permiten racionalizar las mercancías en camiones y contenedores y, por consiguiente, reducir el número de vehículos utilizados.
Y, por último, la revolución ecológica en la logística también afecta a los envases. Al utilizar envases fabricados íntegramente con material reciclable, es posible reducir el impacto medioambiental y activar al mismo tiempo dinámicas virtuosas de economía circular. De hecho, una vez que los envases han cumplido su función principal, pueden reutilizarse para crear nuevos objetos o simplemente para producir energía.
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